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El Houston Dash ya es una realidad. A pesar de su derrota ante Portland, con controversia al final incluida, podemos afirmar (y hay consenso por lo visto) que el nuevo club empezó con buen pie su andadura por la National Women’s Soccer League (NWSL).
En una liga aun vulnerable económicamente y quizá en periodo de prueba, donde solo Portland tuvo buen público en 2013, Houston llegó a meter ocho mil personas en el BBVA Compass Stadium; todo un éxito. Ojalá continúen los buenos números de asistencia pues el club los necesita para afianzarse.
Tras el partido las jugadoras naranja tomaron el tiempo de agradecer y atender a la mayor cantidad posible de espectadores como muestra de apreciación. Estaban cansadas y dejaron su piel y corazón en el terreno, pero aun así devolvieron con gusto el cariño y apoyo que brindaron los espectadores en East End. Creo que algunas estuvieron hasta media hora tras el partido firmando autógrafos y posando para fotos; Brittany Bock se lesionó temprano pero aun cojeando un poco dio de su tiempo. Personalmente lo considero uno de los mejores detalles de la noche.
Estamos ante un equipo que quiere ofrecer un fútbol movido y entretenido. El sábado por la noche se vieron muestras de esa filosofía que quiere establecer Randy Waldrum, aunque también se vio que el conjunto aun necesita tiempo para sincronizar y funcionar como uno. Donde más se veía eso era en los pases y combinaciones en ataque. Lo intentaron, pero la falta de tiempo para acoplarse y una defensa de Thorns preparada no permitieron que el Dash mostrará todo su talento. Aun con eso, estuvieron muy cerca de sacar un empate ante las campeonas defensoras a pesar de perder por lesión a dos de sus referentes en Bock y Kealia Ohai.
De hecho, quizá lo consiguieron, pero ya sabemos que la linier vio fuera de juego en el gol de Becky Edwards (en la última jugada, para más crueldad) para el disgusto monumental de los presentes. En una de las tomas de video se ve que quizá Edwards sí estaba en fuera de juego pero no deja de ser una lástima.
Las dos mejicanas del conjunto, Ari Romero y Teresa Noyola, tuvieron un papel protagónico en el partido. Romero fue eléctrica por todo el lateral derecho y en líneas generales aportó mucho durante todo el encuentro. Noyola tuvo un rol importante pero no planeado, pues tuvo que entrar de urgencia por la lesión de Bock a los 23 minutos. Empezó algo fría y tardó en ajustarse a la situación (nada fácil), pero con el pasar de los minutos su juego fue mejorando y aportó constantemente en los avances ofensivos. Mostró buenas ideas y dió buenos pases sobre todo en la segunda mitad.
En cuanto al resto de jugadoras destaca la labor que hicieron tres de las últimas incorporaciones. La internacional nigeriana Osinachi Ohale anduvo bien segura todo el partido en la zaga central y fue de las que más destacó en general. Holly Hein también cumplió en el centro de la defensa. Lindsay Elston fue quien entró por Ohai y tuvo una de las mejores ocasiones locales en el descuento con ese disparo bien colocado que hizo sudar a la portero alemana Nadine Angerer. Aparte de eso le dió una inyección de energía al ataque naranja.
Al final nadie se queja, salvo de la linier que anuló el gol de Becky Edwards. En líneas generales el Dash satisfizo al público, dio muestras de potencial, y dejó una buena imagen que sirven de impulso para el resto de la temporada. Si el Dash continúa trabajando duro, en un mes o dos veremos una máquina en total funcionamiento y llegarán los resultados. Una cosa sí es clara: que tenemos otra buena opción de entretenimiento deportivo de calidad en Houston.
Dash On.